Las personas por regla general odian a los insectos, instintivamente, consciente e inconscientemente sienten algún grado de repulsión hacia los denominados bichos, seres invertebrados de toda índole que caen dentro de la misma denominación y son englobados por esa sencilla palabra, bichos. En el día de hoy quiero ahondar en este punto en particular, en ese sentimiento tan arraigado a nuestro ser ante este tipo de seres vivos, el cual nos hace sentir irremediablemente superiores frente a los invasores que estamos mencionando, ya que a algunos les despierta un impulso asesino y los anima a intentar eliminarlos, ésta es exactamente la clase de reacción de la que hoy quiero hablar. Esa reacción tan común y humana que a algunos le nace al ver por ejemplo a un mosquito. El sentir tan específico a veces parece ser inherente al humano, que está tan estrechamente relacionado a nosotros como ese extraño y constante sentimiento de que algún día la vida como la conocemos se va a terminar, que algún día puede ocurrir un cataclismo que nos exterminará y nos borrará del mapa, ¿Qué tienen estas dos cosas en común? Seguro se preguntarán. Sigamos leyendo y averigüémoslo.
Comenzaremos hablando sobre el mosquito, para poder conocer un poco más a nuestro enemigo e intentar entender porque nos causa repulsión este insecto. Según la Wikipedia un mosquito es:
“Mosquito (o zancudo ) es un término genérico con el que se designa a varias familias de insectos del orden de los dípteros y en particular del suborden de los nematóceros; de forma estricta se refiere únicamente a los componentes de la familia de los culícidos”.
Por lo que vemos, es un término genérico, pero los mosquitos como lo conocemos son puntualmente estos:
“Culicidae o culícidos: Los verdaderos mosquitos. Las hembras son hematófagas (Se alimentan de la sangre de otros animales), y por ello son frecuentes vectores de enfermedades infecciosas. Los machos no se alimentan de sangre”.
Por lo que podemos entender hasta aquí, los culícidos son el verdadero problema del hombre y más particularmente las hembras, las cuales se alimentan de sangre y son a su vez las que transportan las enfermedades infecciosas, por este subgrupo de la especie, todos los mosquitos son condenados a la muerte sin discriminar si realmente pican o no, el ver un mosquito para muchos es una señal de alerta que hace que automáticamente uno se ponga en modo defensivo, dando manotazos a diestra y siniestra hasta eliminar al objetivo.
Hasta aquí lo que podemos sacar en claro es que existe un consenso en común, como un pacto no firmado entre todas las personas indicando que el mosquito merece morir por ser un parásito, por ser una especie destructiva que basa su reproducción y supervivencia a costa de otros, de dañar y consumir recursos que toma de manera agresiva, violenta y repentina, sin consultar con “El donante” si éste está de acuerdo o no con la causa. Por esta razón el mosquito debe ser eliminado sin mediar palabra, como modo de prevenir futuros ataques, piquetes e incluso infecciones. Esto tiene mucho sentido, pero aquí se presenta una cuestión interesante, ¿Todo ser vivo que encaje dentro de esta descripción debe ser eliminado? Es decir, cualquier ser que pique, contamine, destruya, infecte, tome recursos de una fuente determinada por la fuerza y haga cualquier tipo de estragos solo para poder seguir desarrollándose, ¿Merece ser eliminado? La respuesta debe ser estudiada con detenimiento antes de emitirse de manera absoluta, porque conocemos a otro tipo de animal que actúa de igual manera y pica indiscriminadamente dañando al poseedor de los bienes, tomando por la fuerza aquello que necesita, sin importar las consecuencias futuras, estamos hablando del hombre.
Al parecer, nosotros también "picamos" |
Por más que nos cueste aceptarlo, el humano es una especie de parásito posado sobre la tierra, un ser vivo que necesita de los recursos de alguien más para sobrevivir, puesto que no podemos autoabastecernos, necesitamos de los recursos de la tierra para asegurar nuestra vida, pero al igual que el mosquito, también destruimos, lastimamos, tomamos por la fuerza lo que necesitamos e infectamos todo lo que se cruce en nuestro camino, sin importar el futuro de nuestra víctima, que en este caso viene a ser nuestro propio planeta.
Ahora que hemos explicado nuestro punto, viene la parte en la cual reflexionamos acerca de las similitudes del humano y el mosquito, viendo que nos “Alimentamos” de la misma manera, ¿Puede ser que nuestro destino también sea el mismo? Como bien lo expusimos anteriormente, creemos que el mosquito merece morir como manera de prevención para evitar que siga dañando en el futuro, ¿Será que de igual modo creemos que el humano merece morir para no seguir dañando?
El hombre desde tiempos inmemoriales vive con la idea o mejor dicho con el presentimiento de que la vida terminará de manera violenta, que la civilización, el humano en sí y todo lo que conocemos se acabará en cuestión de un instante, para prueba de esto existen infinidad de evidencias, podemos mencionar monumentos arqueológicos en donde se pueden ver predicciones y profecías de toda índole, en las cuales se vaticina este tipo de final para nosotros, de igual manera la Biblia habla de un Apocalipsis, la ciencia indica que un asteroide podría acabar con nosotros en cualquier momento como ocurrió con los dinosaurios, una gran inundación provocada por el calentamiento global y hasta que el sol podría apagarse. La ciencia ficción también da cuenta de esto de muchas maneras posibles, la más destacable es la invasión de extraterrestres que nos eliminarán rápidamente con sus rayos, sea cual fuere la manera, verídica o no, posible o improbable, con fundamentos reales o con teorías retorcidas, de todas maneras, el humano siempre tiene una idea latente en su cabeza, un pensamiento que de un modo u otro lo atormenta y es que el fin, tarde o temprano debe llegar, una especie de castigo universal que viene a traer justicia para este mundo, una mano gigante, un mata mosquitos contundente que nos eliminará en un instante, trayendo paz al planeta.
Este pensamiento que al parecer nos ha acompañado a lo largo de toda nuestra historia, esta larga espera que pacientemente nos hemos dispuesto a soportar, este gran final que tal vez nos ocurra o no, se parece mucho a la sentencia que hemos dictaminado para el mosquito, al igual que el mosquito nosotros también somos agentes destructivos, con conductas parasitarias y completamente dañinos al momento de tomar lo que necesitamos, de igual modo, de manera inconsciente el humano sabe que debe ser eliminado, aunque tal vez no lo sepa con certeza, sino que tal vez lo teme, teme que exista un ser gigante dispuesto a terminar de una vez con los invasores que en este caso somos nosotros, teme tal vez que un juez en algún lugar del infinito tome cartas en el asunto y decida hacer justicia. De algún modo inconsciente tememos, pero al mismo tiempo esperamos y aceptamos el castigo, al parecer nos resignamos, puesto que no hacemos nada al respecto ni cambiamos nuestra forma de vivir, éste tipo de conducta tiene una explicación.
El humano tiene una gran característica, que es la de echarle la culpa al otro, al momento de plantearnos qué es lo que se está haciendo con el planeta, por regla general el individuo tiende a echarle la culpa al otro, a las empresas multinacionales, a las grandes fábricas contaminantes, a los gobiernos que no hacen nada para parar la deforestación o la contaminación del agua, pero jamás el humano tiene como primera reacción hacerse cargo y asumir algo de la culpa general. Es cierto que uno como individuo tal vez no puede hacer más que aportar un pequeño grano de arena, pero con la ayuda de todos, eso se puede transformar en un desierto entero. Hay que recordar que nosotros no matamos solo a los mosquitos hembras que son las que realmente pican, matamos a todo lo que se parezca a un mosquito por si acaso, englobamos a todos los insectos dentro de un mismo grupo sin detenernos a analizar si ese mosquito en particular pica o no, si es hembra o no, de todas maneras cae en la sentencia y es ejecutado. De igual forma puede pasar con los humanos, si tenemos ese temor a la eliminación, también se tiene que considerar el hecho de que todos somos humanos y si la naturaleza, alguna entidad, deidad o los extraterrestres deciden eliminar al humano, el castigo será para todos, nada se detendrá a analizar cada caso en particular, la especie en general siempre toma la culpa de los casos particulares, como pasa con los mosquitos.
Por lo cual, para poder quitarnos de la mente ese miedo a la muerte, para poder alejar a los fantasmas de la eliminación súbita y masiva, debemos quitarnos esa culpa de adentro, ese sentimiento de merecimiento que nos hace sentir que cualquier castigo estará justificado, para poder lograr esa libertad y conseguir un sentimiento de liberación es necesario entonces dejar de hacer aquello que nos culpabiliza, aquello que sentimos que está mal, no me detendré a explicar este punto puesto que cada caso es particular, algunos quieren participar en manifestaciones masivas para salvar el planeta, otros en cambio dejan de usar bolsas plásticas, sea lo que fuere que te hace bien, eso deberás hacer, cualquier acto que consideres liberador y que a su vez aporte a mejorar el buen nombre de la humanidad será bienvenido, pero debes saber una cosa, cada uno puede hacer algo, aunque sea por su entorno, para poder estar en paz con la propia alma y así sentirse menos merecedor del gran castigo.
Tal vez el cataclismo que acabe con la humanidad finalmente no ocurra, pero algo es cierto, alguien una vez dijo que “Para un criminal, lidiar con la culpa es peor que cualquier castigo que pueda recibir” y esta afirmación es verídica, puede que la vida como la conocemos termine ya mismo, o en mil años, o tal vez no termine nunca, por lo tanto eso es mayor incentivo para no sentir esa culpa heredada y congénita, para no sentir que se es parte de una raza de animales dañinos, para no vivir esperando algún castigo divino, existen diferentes grados de culpabilidad, pero ninguno peor que aquel del que no se tiene certeza, porque no se sabe tampoco cual será el grado de castigo, por lo tanto, haz lo que creas correcto para mejorar tu entorno, para ayudar a los que te rodean, para hacer lo que te gusta y lo que te hace feliz, aquello que disfrutas y solo así serás merecedor de la vida que se te ha dado, solo así te sentirás libre y serás realmente liberado de la condena, de aquel castigo virtual que cada uno cree merecido e inminente.
Tomando el ejemplo de la foto (una máquina para extraer petróleo) me da la impresión que hay algo que nos ocultan, el planeta tiene un sistema -un conjunto de cosas para existir-cadena ecológica etc., si partimos de la base que todo sirve para algo , todo lo que hay en el planeta cumple una función específica en pro ó en contra de otra. Debido a esto me nace la inquietud respecto al petróleo,el gas natural , el cobre , el litio , etc.si nos preguntamos que función cumple cada uno de estos minerales que nombré al sistema mencionado, (por la megacantidad extraída de c/u) , al ser estos minerales irrecuperables y que no sabemos ó nos han ocultado que cumplen alguna función en lo mas profundo del planeta , acaso con este hecho ¿será que estamos firmando nuestra sentencia de muerte para la humanidad ? y que las transnacionales están creando un megacataclismo del cual el dinero no podrá amortiguar y el planeta ya nos está avisando? Saludos!
ResponderEliminarAnímense a comentar y compartir su opinión con el resto!
ResponderEliminarme gusta la filosofia y creo que es basico tener conocimientos, para vivir la vida un poquito mejor. gracias x vuestros escritos.
ResponderEliminarTal como lo dijo en su momento Martin Heideger, somo seres para la muerte, estamos en este mundo, mas de nosotros depende como sera nuestra estadia pasajera. Si formaremos parte de la construcción o de la destrucción, cada uno de nosotros debemos de despertar nuestras mentes y abrir los ojos y aportar para la sostenibilidad dela vida.
ResponderEliminarY si lo vemos desde un punto religioso, en el libro de Eclesiastes, capitulo 3 versiculo 20: «todos vamos a un mismo lugar, venimos del polvo y al polvo volveremos»
Debemos de cuidar la tierra, por que de ella emana la vida, los frutos que.consumimos dia con dia.